sábado, 15 de mayo de 2010

Monstruos del refrigerador

Hoy mientras buscaba en el refrigerador para planear el menú de la comida me encontré con esto:


Seres deformes llenos de protuberancias y brotes. ¡Papas monstruo!

Después de la sorpresa inicial y de resignarme a no comer papitas crunch me puse a pensar en la increíble habilidad de las papas para germinar aun en los climas más adversos. Las pobres papas estuvieron… ejem… semanas en el refri, a unos 5ºC y aun así están llenas de vida.

Claro, las papas siendo tan ricas en almidón, un carbohidrato fácilmente digerible, tienen todo lo que necesitan para alimentar a sus “bebés”. Y bien que lo tienen. No sólo nutren a los brotes sino que los protegen de posibles depredadores (incluidas personas descuidadas que las abandonan a su suerte en el refri).

Cuando una papa germina o se expone a la luz comienza a producir unos compuestos (alcaloides, para ser precisos, llamados solanina y chaconina) que son tóxicos cuando se ingieren—causan desde problemas digestivos leves hasta la muerte en casos extremos. Estos compuestos sólo se producen en los brotes y cerca de donde éstos surgen, por lo que se supone que si se eliminan los brotes y el área que los rodea las papas son seguras para comer. Pero… “hasta la muerte en casos extremos” no es algo que me quiera tomar a la ligera. ¡Ni por las papitas crunch!

Así que pensándolo bien, estos “monstruos” sólo están protegiendo a su descendencia de quienes se los quieren comer (¿quién es el monstruoso entonces?).

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